16 de julio de 2013

Caricatura de una manifestación

Los últimos acontecimientos desencadenados por las declaraciones del ex tesorero del Partido Popular,  Luis Bárcenas, han desatado, una vez más, la indignación ciudadana. Los comentarios al respecto han corrido como la pólvora por internet, proponiendo una manifestación para el jueves 18 en las sedes del PP de toda España con la intención de que el Presidente del Gobierno se vea forzado a dimitir. La manifestación lleva por nombre “Barbacoa Desituyente”, en clara y chistosa relación a los chorizos que, sin duda, hay en España y, según parece, en el Partido Popular.
Si nos fijamos un poco en las redes sociales, veremos que las menciones de “Rajoy dimisión” o “Que se vaya la mafia” abundan por doquier, pero cuando llega el momento de manifestarse en la calle, el número de manifestantes es mucho menor. La cantidad de gracietas ocurrentes sobre los chorizos y los políticos en la redes es abrumadora, lo que hace pensar que la indignación entre los ciudadanos está alcanzando unas cotas asombrosas. Sin embargo la realidad es muy distinta, y las manifestaciones en la calle son cada vez menos apoyada por los ciudadanos, que prefieren quedarse en casa como si la dimisión de un presidente se pudiera forzar a golpe de “hashtag”.
Cartel de la convocatoria del 18J
Esta obsesión por ser “el más gracioso de la red” nos lleva a que los movimientos ciudadanos, que hoy se convocan a través de las redes, sean cada vez más absurdos y sin sentido. La próxima manifestación del jueves 18, la llamada “Barbacoa destituyente” es un ejemplo de ello. Frente a la escandalosa situación que supone que un presidente del Gobierno, la máxima autoridad del Estado, haya apoyado a un ladrón y que puede, incluso, haber recibido dinero ilegal, no hace que la gente salga indignada a la calle para que su presidente dé explicaciones o llegue a dimitir como han hecho en Brasil o Turquía, sino que aquí, lo más ocurrente, es salir a la calle con pegatinas de chorizos llegando incluso a proponer que se realicen barbacoas ante la sede del Partido Popular.
Si esta es la forma que los españoles tienen de mostrar su indignación ante la corrupción política que está dejando al país en la ruina es que algo anda muy mal en esta sociedad. Por supuesto, las manifestaciones no tienen por qué ser una procesión, pero una cosa es que el ambiente sea festivo y reivindicativo, y otra que se convierta en una fiesta a la que la gente va a pasar el rato y comer chorizos.
Estas manifestaciones ya no tienen nada que ver con las que se convocaban hace un año ante el Congreso de los diputados y a las que la gente iba en serio, porque estaba realmente molesta con un Gobierno que, no sólo recortaba sus derechos, sino que encima exigía sacrificios mientras (como ahora se ha visto), ellos se lo llevaban en negro. Lo único que consigue esta “manifestación-barbacoa” es que ante el mundo nos vean de forma ridícula y ni siquiera el Gobierno nos tome en serio. Como gesto divertido está bien, pero hacer de la gracia de los chorizos el punto central de una manifestación, es el colmo de una sociedad pasiva y acomodada.

Desde luego, nos queda mucho que aprender de los movimientos sociales y el sentimiento ciudadanos de otros países. 

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