23 de mayo de 2013

Amnistía Internacional reconoce el abuso policial en España

Represión policial durante la manifestación del 25-S

Es realmente vergonzoso que España aparezca mencionada, entre otros países, en el Informe Anual de Amnistía Internacional 2013 con motivo de la brutalidad policial que ejerce el cuerpo de policía contra los ciudadanos que se manifiestan en la calle. Entre otros motivos, Amnistía Internacional asegura que en nuestro país se violan derechos básicos amparándose en los casos de tortura por parte de los mossos d'esquadra y la Guardia Civil, la no admisión a trámite de denuncias a la policía por parte de manifestantes que son aporreados “a pesar de haber mostrado una actitud pacífica durante toda la manifestación”, la violencia policial contra periodistas acreditados y manifestantes que no ejercían ningún tipo de violencia… Además, denuncia que durante estas manifestaciones, los policías no portaban placas de identificación, con lo que la impunidad resultaba total. Los vídeos que evidencian estos abusos y la infiltración policial en las manifestaciones para iniciar los actos violentos desde el bando manifestante abundan en la red. Sin embargo, y a pesar de las evidencias, el Gobierno niega que se esté actuando de forma desproporcionada contra los manifestantes pacíficos.
        Resulta aterrador que el Gobierno de España asegure que en el país se cumple el Derecho Internacional y se aseguren los derechos básicos de la ciudadanía cuando multitud de medios y organizaciones internacionales de reconocido prestigio dicen exactamente lo contrario. Esta actitud de negar que sean ciertas todas las críticas que vienen al Gobierno desde fuera, invita a desconfiar y a pensar si no sólo están abusando legal y físicamente de las personas en los asuntos que ven la luz y hay muchos más casos que aún no se han descubierto.

Fotografía tomada por Raúl Capín
         Menciono esto porque en los medios de comunicación apenas han hablado brevemente  sobre el caso de Raúl Capín, fotógrafo colaborador de Mundo Obrero y Diario Independiente Digital que recoge con su cámara la brutalidad policial que la propia Amnistía Internacional menciona en su artículo. Capín fue detenido ayer en su domicilio con acusaciones de desorden y desacato a la autoridad policial. Basta este tipo de acusaciones para detener a un periodista que muestra cómo actúa realmente la policía contra manifestantes y periodistas en fotografías como la aquí mostrada. Pero lo cierto es que desde la prensa se han cuidado de mostrar a este periodista incómodo retratándolo en numerosas portadas como un radical de izquierdas y no como un periodista en un claro ejemplo de manipulación y criminalización. Todo este asunto recuerda al del periodista Juan Castromil que fue detenido durante la manifestación del 19-J y tras la que se le mantuvo incomunicado un día entero.
        Esta impunidad con la que la policía reprime a quienes ejercen su legítimo derecho a manifestarse es más propia de un régimen dictatorial que de uno democrático, más aún si tenemos en cuenta que el Gobierno hace oídos sordos a las acusaciones de violación de derechos que nos vienen desde fuera. La policía cuenta, eso sí, con las declaraciones de personas como Cristina Cifuentes o María Dolores de Cospedal como justificación de estas acciones, que arropan la brutalidad policial asegurando que quienes se manifiestan contra los políticos o contra la abusiva Ley Hipotecaria pertenecen a organizaciones nazis o etarras.
Represión policial contra manifestantes
      Desde las instituciones y a través de las antes mencionadas Cifuentes y Cospedal, los políticos tratan de criminalizar todos  los actos de manifestación que se llevan a cabo contra las políticas del Gobierno, tachando de violentos, radicales y extremistas a quienes salen a la calle. Pero las evidencias que han sido recogidas en vídeo por los propios manifestantes dejan claro que la policía actúa con total impunidad y, muchas ocasiones, de forma injustificada. El objetivo del Gobierno, amparado por los medios de comunicación (televisivos, sobre todo) es sembrar el miedo de los ciudadanos a salir a la calle por miedo a que verse envueltos en estas revueltas.
          Informes como el publicado por Amnistía Internacional dejan en una vergonzosa situación al gobierno de Mariano Rajoy que, tras justificar todos y cada uno de los abusos policiales, queda hoy a ojos de todo el mundo como un ejecutivo que mira hacia otro lado ante la situación de su país y que no sabe arreglar los problemas que éste tiene si no es a palos.

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