30 de mayo de 2013

Las lúcidas previsiones de Julio Anguita

Ahora que los dos partidos políticos mayoritarios están en declive por el hundimiento del bipartidismo en España, deberíamos hacer memoria y repasar alguna de las acciones de los políticos que fueron protagonistas en los días de la adopción Tratado de la Unión Europea, unión en la que España, al igual que Italia, Grecia o Portugal se sienten más esclavos que miembros.
La única mención posible la merece el, por aquel año de 1992, Secretario General del Partido Comunista de España y Coordinador General de Izquierda Unida, Julio Anguita. Y es la única posible porque fue el único que mantuvo un discurso diferente al resto de partidos, un discurso de negación del Tratado de Maastritch al cual veía, y muy acertadamente como un tratado en el que “la política social es algo inexistente”.
Mientras el resto de partidos, sin excepción, se sumaba a la “fiesta de Europa” y la vendían como un paso que merecía la pena dar para lograr una mejora del bienestar social, Anguita mantuvo su discurso contra el tratado pidiendo al Presidente del Gobierno, Felipe González, que se realizara un referéndum al igual que se hizo en Francia, cosa que el Presidente no estimó oportuno.
Años más tarde, en el mitin de la Fiesta del Partido Comunista de España de 1996, Julio Anguita habló muy lúcidamente de las consecuencias que traería en un futuro la ratificación del Tratado de Maastritch. ¿Qué hay del resto de partidos? ¿No pudieron prever las consecuencias ellos también? Las únicas opciones posibles al silencio del resto de partidos son dos, y a cada cual más terrorífica: o los políticos no eran lo suficientemente competentes como para prever las consecuencias (cosa posible como hizo Anguita), o las supieron y prefirieron ocultarlas vendiendo al país por otros intereses ocultos.
Este pequeño artículo pretende, simplemente, poner de manifiesto quiénes son los que realmente velan por los intereses de los ciudadanos y no se bajan los pantalones ante bancos, multinacionales o instituciones por muy europeas que sean y quiénes son (por muy diferentes siglas que tengan) los que defienden intereses ajenos a la ciudadanía. Y como muestra de esta honestidad, un extracto del discurso de Anguita en el que ya en 1996, ¡hace diecisiete años!, advertía de las consecuencias que tendría el Tratado de Maastritch (o de la Unión Europea) para España y que, por desgracia, se han cumplido:

La moneda única, según Maastritch es el fin de la autonomía política para decidir sobre las condiciones de vida de la ciudadanía. La moneda única, según Maastricht, es poner como primer objetivo los ajustes contables macroeconómicos y relegar a un segundo lugar derechos sociales recogidos en nuestra Constitución y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Maastricht es la pensión que disminuye; el recorte en gasto sanitario; la congelación salarial de los funcionarios; la no creación del fondo de nivelación previsto en la  LOFCA; el recorte en inversiones para infraestructuras y obras necesarias; el mal funcionamiento de la LOGSE; el recorte creciente del subsidio de desempleo, etc. Maastricht es lo inmediato, lo  cercano, lo que afecta a cada ciudadano y a cada ciudadana. Maastricht, tan aparentemente lejano, afecta a cada casa, a cada familia, a cada trabajador y trabajadora, a cada pequeño y mediano  empresario, a cada trabajador autónomo, a cada ayuntamiento, a cada comunidad autónoma.

Mitin de Julio Anguita en la Fiesta del Partido Comunista de España de 1996 (Completo aquí)

Los otros dos partidos mayoritarios, con Felipe González y José María Aznar al frente, ya sea por ineptitud o de forma deliberada, no mencionaron absolutamente nada de todo esto.

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