7 de mayo de 2013

"Obrero y de derechas, ¡Y a mucha honra, oiga!"

Viñeta de El Roto
Si observamos la situación social actual, no sólo de España, sino de todos los países del sur de Europa, veremos que el descontento con las políticas de austeridad que los gobiernos están imponiendo bajo el mandato de la llamada “troika”, es generalizado. Las políticas de recortes en educación, sanidad, la privatización de sectores públicos o el empeoramiento de las condiciones laborales no gozan del favor de la mayor parte de los ciudadanos, y muchos de ellos se manifiestan en las calles, a pesar de que desde el Gobierno se encargan de amedrentar a los atrevidos que se atreven a protestar. Esta represión policial es, posiblemente, la que hace que muchos de los ciudadanos descontentos se lo piensen dos veces antes de salir a protestar, pero hay muchos otros que no salen a la calle por otro motivo: a pesar de ser trabajadores y defienden a la derecha neoliberal.
El obrero (o trabajador, por no sonar revolucionario) de derechas es aquel trabajador que, viendo que la gente con mayor poder adquisitivo, (la clase alta, es decir: banqueros y grandes empresarios) es de derechas, adopta la misma forma de pensar porque cree que algún día así llegará a pertenecer a esa clase elitista, explotadora y sin escrúpulos. El hecho de llevar traje a la hora de trabajar o tener un chalé en la sierra ya le hace sentir que no es trabajador, que no pertenece a esa parte de la sociedad que debe ponerse un mono azul o reflectante durante su jornada laboral. Lo que el obrero de derechas no sabe es que su idolatrada clase alta, los empresarios ejemplares (cuyos únicos méritos son sus beneficios monetarios al final del ciclo económico y no el buen trato a sus empleados), gozan de tal situación económica aprovechándose de su trabajo. La completa ignorancia del obrero de derechas sobre lo que realmente supone una ideología de este tipo es la única explicación para que la defienda.
Lo que estas personas entienden por ser "de derechas" es el adoptar pequeñas medidas sociales que simplemente son la superficie y que prácticamente no tienen nada que ver con el pensamiento neoliberal que realmente hay detrás. Medidas como restringir el aborto, el matrimonio homosexual o recortar en Cultura no es lo que más les importa. Estas medidas son complementarias a las económicas, y las utilizan para crear un pueblo ignorante y dócil que no les cuestione, pero no son las que definen su pensamiento de base. Si no, ¿cómo se entiende que ahora, muchos líderes abiertamente de derecha (es decir, neoliberales) hagan gala de su apertura al aborto o a la homosexualidad cuando la derecha siempre ha estado en contra de tales prácticas? Simplemente porque eso les importa poco, lo que quieren es ganarse el favor de cuantos más votantes mejor, principios a la basura, para adoptar las doctrinas económicas que les permitirán empeorar las condiciones laborales de los trabajadores y así aumentar los beneficios de las empresas que regentan sus amigos, familiares y empresarios que los sobornan con la excusa de la "conpetitividad". Por eso es absurdo  e incoherente que un trabajador, el mismo trabajador al que le van a recortar el salario, el mismo trabajador al que van a despedir más fácilmente, el mismo al que le van a quitar la educación y sanidad gratuitas para que tenga que pagar por ellas y así ganar más dinero la empresa que las gestionen, es absurdo, decía, que ese trabajador apoye a la derecha (al neoliberal), ya que éste nunca va a mirar por él. Le podrá hacer un gesto, caricias al oído, darle una palmadita en la espalda para que se sienta parte de “la familia”, pero nunca llegará a formar parte del selecto club de la “clase alta”, tan sólo será un instrumento para lograr el objetivo de ésta: enriquecerse a costa de los demás y perpetuarse en el poder.
Un obrero de derechas, por ignorancia y porque ellos mismos no se consideran obreros sólo por tener coche, chalet o una televisión 3D (pagada a plazos), está apoyando a aquellos que van en contra de sus propios intereses. En España hay muchos aunque, poco a poco y a la vista de cómo está la situación en el país tras la adopción de estas políticas neoliberales, algunos de ellos están abriendo los ojos, están despertando y dándose cuenta de que quienes les daban la palmadita en la espalda cuando iban a apoyarles al mitin de turno, ahora les dan la espalda. Y si aún no se han dado cuenta, es hora de que lo hagan.

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